viernes, 3 de julio de 2015

APPLE WATCH LLEGA A ESPAÑA








La tecnología llegó de forma masiva a nuestros bolsillos gracias al teléfono móvil. Y cuando los móviles se convirtieron en smartphones y empezaron a conectarse a internet, todo nuestro mundo cambió para siempre. De repente, la conectividad dejó de depender de que estuviéramos en un lugar concreto y delante de un ordenador. Hoy todos estamos conectados con todos, con todo, en todo momento. Y nos hemos acostumbrado hasta tal punto que ya nadie sabría vivir sin eso. Salir de casa sin móvil es peor que hacerlo sin cartera.

Pero la tecnología nunca se detiene. Y ya estamos dando el siguiente paso. Nuevos dispositivos se suman a la fiesta de la conectividad. Y llaman a nuestra puerta, y piden conectarse con nosotros desde nuestra muñeca, desde nuestra ropa, desde los electrodomésticos de casa, desde el coche...

El internet de las cosas empieza a ser una realidad. La velocidad de las conexiones móviles, siempre en aumento, ha hecho ya posible trascender a la mera comunicación entre seres humanos. Y es que a partir de ahora, además de con personas, empezaremos a «hablar» con toda clase de objetos. Y lo que es más, los objetos empezarán a hablar entre sí. ¿ciencia ficción? No, ciencia pura.

La lavadora nos pedirá instrucciones sobre qué programa de lavado debe usar y cuándo, pero también se comunicará con la fábrica para pedir, ella sola, un repuesto. La nevera nos pedirá permiso para conectarse con el súper y hacer la compra y así, tras un diálogo «máquina a máquina», nuestro pedido llegará a casa sin que hayamos tenido que hacer nada. También el coche nos enviará mensajes para recordarnos que hay que pasar la revisión, o para decirnos que necesita aceite, o cambiar una pieza, pero también contactará directamente con el taller cuando sea necesario, para informar de su estado.

Cuando caminemos por la calle, además, toda clase de cosas tratarán, también, de comunicarse con nosotros. Cuando pasemos por delante de una tienda, o de un restaurante, esos comercios nos enviarán las ofertas, los menús del día, las gangas... Pronto, en el mundo habrá más objetos que personas conectados a la red. Y todas comunicándose.

Hora inteligente
Como botón de muestra de esta realidad que se avecina, esta semana ha llegado a los comercios españoles el tan esperado Apple Watch (en Estados Unidos ya lo usan casi tres millones de personas). Fue el primer reloj inteligente del que se oyó hablar hace ya unos años, pero ha sido el último en llegar a las tiendas. Mientras, desde que surgieron los primeros rumores, otras marcas trataron de evitar que Apple volviera a adelantarse, como ya hizo con el iPhone o el iPad. Así que tenemos ya en el mercado una buena colección de relojes inteligentes. Algunos fabricantes, como Samsung o Sony, van incluso ya por su tercera o cuarta generación.


A través del reloj podremos recibir toda clase de notificaciones sin tener que echar mano, cada vez, del teléfono. Redes sociales, correo electrónico, fotos, llamadas... todo a mano y accesible con el simple gesto de mirar la hora. El «smartwatch» nace, en efecto, como un accesorio del smartphone, pero todo parece indicar que se independizará pronto de él para comunicarse con nosotros, y con el mundo, por su cuenta. La aldea global, en definitiva, deja de ser un estereotipo para convertirse en una realidad palpable. El mundo, en efecto, es hoy más aldea, y más global, que nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario