Google no puede con la app Store
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Desde su creación, de la
mano del iPhone en 2007, suman 45.000 millones de descargas. El ritmo en el
último trimestre es vertiginoso: 800 descargas por segundo, casi 70 millones al
día. En el mundo hay el triple de móviles Android que iPhone, pero la tienda
App Store se mantiene intratable ante Google Play.
El máximo responsable
financiero de la manzana, Peter Oppenheimer, destaca el valor del negocio de
aplicaciones gratuitas o de menos de un dólar, en la mayoría de las ocasiones.
Apple ha pagado casi 7.000 millones de euros a los desarrolladores. La cuenta
es fácil, el 70% es para el creador, el 30% restante para Apple. Un negocio en
el que no hace falta tener dependientes, ni arreglar aparatos, tampoco cadenas
de montaje. Todo son bienes digitales con distribución a través de Internet.
El hecho de que la App Store
funcione en 155 países ha permitido que los editores de programas aspiren a una
audiencia difícilmente abarcable de otra manera. La empresa Mubiquo, ha creado
la aplicación de la petrolera Shell para todo el mundo. Esto incluye versión en
chino, ruso, árabe y turco. Empezaron como un pequeño estudio y ya son 40
personas contratadas entre las oficinas de San Francisco, Madrid, Barcelona,
Murcia y Shanghái.
Rubén Aparicio, fundador y
consejero delegado, cree que no hay fórmulas mágicas, pero sí cita algunas
claves para el éxito: “Dar valor añadido, que sea algo más allá de lo que se
obtiene navegando por la Red, con un buen equilibrio entre utilidad y
entretenimiento”. Su negocio es principalmente por encargos de empresas. De su
estudio han salido Nestlé Cocina y Nestlé Postres, cuya aprobación llevó algo
de tiempo. “Desde Apple querían asegurarse de que no era publicidad. Estuvieron
muy encima de los textos. Se trata de branded content. Muchas recetas
no tienen productos de la marca, de hecho algunas son de Arzak”.
La norma no escrita para
cualquier desarrollador que se precie es lanzar primero en iOS, el sistema
operativo de iPhone e iPad, después en el resto de plataformas. Aunque nació
más tarde, Android es la gran amenaza para este negocio. No solo con la tienda
oficial Google Play, también con la creada por Amazon, cada vez más popular.
Vanatur, la empresa de
Estrella Caso, se ha centrado en la música. Su última obra es la aplicación del
grupo adolescente de moda Aurin. La intención era estrenar en los dos
sistemas operativos a la vez, pero solo lo han hecho en los móviles de Google.
“Es más cómodo desarrollar para Apple, pero los plazos no dependen de ti”,
expone. En su opinión no hay una fórmula secreta del éxito, pero sí algunos
factores que ayudan: “Lo primero es escoger bien el público al que se dirige; después,
que se mantenga viva, con actualizaciones y dinamismo”.
Ana Ormaechea, fundadora de
Tablet Army, percibe que el proceso de aprobación de Apple Store no es del todo
adecuado. “Hay una barrera cultural y se nota. Todo pasa por Cupertino y, desde
luego, no tienen el contexto necesario para entender que lo que allí no es
correcto, aquí sí lo es”, explica. Hace dos años vio que un ejemplar de Muy
Interesante, revista en la que trabajaba, aplazó su publicación durante tres
semanas por considerar que la imagen de un desnudo no era adecuada para
menores.
El desarrollador
independiente, Diego Bezares, creador de Rythmic Thumbs, valora, sin
embargo, ese control: “Se aseguran de que todo funciona. Da garantías al
usuario para que no descargue productos que defraudan”. También valora la
obligación de contar con una tarjeta de crédito al darse de alta: “Las ventas
en Android aumentan poco a poco, pero no al nivel de Apple, donde el cliente
solo tiene que hacer clic y ya está comprado”.
AppGratis ha sido una de las
aplicaciones sacrificadas por este exhaustivo control de Apple. Llevaba más de
dos años con normalidad y era una de las más populares. Hace dos semanas desapareció
de la App Store. Su negocio consistía en promocionar gratis durante un día,
aplicaciones que son habitualmente de pago. En esto son tajantes, no hay
tolerancia con aquellos que quieren montar un negocio paralelo dentro de su
escaparate. AppGratis paliaba uno de los problemas de la tienda, encontrar algo
interesante en poco tiempo.
Aparicio cree que en Apple
son conscientes del problema: “Hace un par de meses tuve una reunión con el
vicepresidente responsable de la App Store. Le dije que desde los cambios de
octubre apenas se ven las tablas con lo más vendido de cada categoría. Desde
entonces hay menos descargas y es más lento”. Bezares tiene la misma sensación:
“Solo tienen visibilidad las 50 primeras aplicaciones”.
Todos reconocen una
dificultad, dar con el precio correcto. Ormaechea considera que es una ventaja:
“En una revista de papel el precio va impreso. Aquí fluctúa. Por ejemplo, un
ejemplar de hace seis meses se puede ofrecer a un precio muy rebajado y seguirá
despertando interés y generando ingresos. Se pueden ir haciendo promociones
especiales en fechas concretas o ir ajustando hasta encontrar el precio
adecuado”.
Google Play tiene más
problemas, y no solo que el mayor número de móviles Android no se traducen en
ventas de aplicaciones. Aparicio no se explica cómo Google, un gran buscador,
es incapaz de arreglar la forma de encontrar el programa deseado en cuestión de
segundos. “Es penoso. Aunque pongas el nombre exacto no sale como resultado”,
subraya. También echa en falta la manera de poder regalar un programa, algo que
Apple ha resuelto con códigos. La queja de Caso va directa a uno de los puntos
flacos del robot verde, la fragmentación, como denominan a la diversidad de
características de móviles y tabletas: “No se verifican los programas y cada
tamaño de pantalla o potencia del procesador es un mundo. Es muy difícil no
decepcionar a los que tienen móviles antiguos”.
Su recomendación es ir a
otras tiendas que no sean Google Play. “Optar por Amazon o Samsung, puede
ayudar a destacar y encontrarse con otros programas que superan unos mínimos”,
argumenta. El ratio aplicaciones/descargas no siempre es favorable a los
grandes. A veces, según qué producto, sale más a cuenta ponerlo en otras
tiendas.
Apple no inventó la
distribución online. Nokia y Blackberry. ya tenían antes
sus propias tiendas, aunque farragosas y poco atractivas. El último en sumarse
será Firefox OS, todavía en fase de pruebas. Su planteamiento, dado que
pertenece a la Fundación sin ánimo de lucro Mozilla, es radicalmente diferente.
Habrá tantas tiendas como se quieran crear. Juan Tomás García,
desarrollador en esta plataforma y reconocido hacker, considera que
su oportunidad será la libertad de elección. “Para saltarse la App Store solo
hay un camino, liberar el teléfono, hecho que Apple penaliza diciendo adiós a
la garantía”, explica. Le cuesta bregar con el control ejercido por Apple: “Aprender
a programar para iOS es muy complicado. Apple no autoriza aplicaciones que les
pueda hacer la competencia, de ahí que Firefox no esté en iPhone e iPad”.
Apple mantiene firme el
control sobre su tienda. Pese a que en el parque mundial de móviles el 64% son
Android y solo el 19% iPhone, su tienda sigue por delante. Cierto es que este
año, las descargas en Google Play superarán a las de App Store, pero el negocio
no. El dueño de un iPhone es tecnológicamente más avanzado, descarga más
aplicaciones y, no solo gratuitas. Tira más de tarjeta de crédito. Según
el App Annie Index, en el último trimestre los ingresos de la tienda de
Apple fueron 2,6 veces mayores que la de Google Play, aunque en el navideño la
proporción era de 4 a 1. La App Store se le resiste a Google y al mundo
Android. De momento.
Fuente: el pais
¡Y tu que tienda te parece mejor?
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