Una aplicación de las mejores en su categoría.
El teclado es uno de los puntos mejorables de los móviles táctiles, sobre todo en Android. El
que viene por defecto, es mejor y en pantalla grande facilita el uso, no
acierta tanto como sería deseable para poder contestar correo, enviar mensajes
o twitear con la misma fluidez que con un teclado.
Swiftkey mejora deficiencia. Disponible para Blackberry, iOS, Windows Phone y
Android, es en esta última plataforma donde tiene mayor aceptación. Fue la más descargada dentro de las de pago en 2012, pese a no ser de las
baratas, cuesta 3,99 euros. Como suele ser habitual, hay una versión gratis con
uso limitado.
Swiftkey convierte
los trazos en palabras. Basta con un dedo, y deslizarlo sobre las letras, sin
levantarlo, para ver como se van escribiendo los mensajes. A medida que se
emplea, mejora. Cuanto mejor conoce los términos más frecuentes del dueño del
teléfono más acierta. Al principio resulta extraño, después de un día de uso se
convierte en imprescindible. La tasa de acierto es mayor cuanto más se usa.
Su mayor virtud es
el cambio de idioma. El catálogo permite elegir entre 60 diferentes, algunos
son modificaciones como Español de España o distinción con algunos países de
América Latina. Lo mismo sucede con las variantes locales de inglés y francés.
Se puede elegir para uso habitual hasta tres idiomas y Switfkey detecta, sin
tener que hacer cambio alguno, si el recorrido en la pantalla corresponde a
"hola" o "hello". El corrector funciona simultáneamente en
las tres opciones deseadas.
El éxito de la
aplicación en móviles y tabletas con Android ha generado un problema de
seguridad. Switfkey se está usando como gancho de descarga gratuita o con una
rebaja notable para después acceder a datos de usuarios. Si se descarga desde la
tienda oficial de Android o la de aplicaciones de Amazon, no hay
riesgo. Si se hace desde otras alternativas se corre el peligro de tener un
programa teóricamente similar, pero con control a distancia. El usuario no percibe
la diferencia.
Recientemente se ha
mostrado cómo se puede modificar la aplicación para suplantar la original. El
procedimiento, explicado a través de YouTube, consiste en
descargar la aplicación, acceder al código fuente e incluir un keylogger, un
programa dedicado a almacenar las pulsaciones de teclado, para obtener de
manera remota todo lo que se escribe. Esto comprende desde la clave del correo,
a datos de acceso a redes sociales, datos bancarios y claves de cualquier
servicio al que se acceda desde el móvil. El académico ha publicado los
detalles en una presentación, que insiste en que basta con encriptar el código
para reforzarlo.
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