La impresión tridimensional amplía sus miras. Sus posibilidades infinitas, no dejan de asombrar desde que hace tres años aparecieran las primeras máquinas de este tipo y que están llamadas a revolucionar no solo la industria, sino la economía en todos sus ángulos. Mientras los estudios de arquitectura compiten con sus diseños de viviendas en 3D, China parece haberse adelantado el trabajo.
En marzo el año pasado, la compañía WinSun anunció un
proyecto interesante: fabricar con esta tecnología diez casas en solo 24 horas.
Y todo con una impresora 3D que utiliza una mezcla de materiales, desde suelo
de construcción a residuos industriales, como vidrio y alrededor de una base de
secado rápido de cemento mezclada con un agente de endurecimiento especial.
Ahora, esta empresa ha ido más allá demostrando la eficacia
de su tecnología con la construcción de edificio de cinco plantas y una villa
de 1.100 metros cuadrados. La impresora 3D, elaborada por Ma Yihe y
desarrollada durante más de una década, mide 6.6 metros de alturas, 10 de ancho
y 40 de largo. Esta impresora es la encargada de fabricar las enormes piezas
en las instalaciones de WinSun. Las estructuras son ensamblados en el lugar, con
refuerzos de acero y aislamiento con el fin de cumplir con las normas oficiales
de construcción.
Este proceso ahorra entre un 30% y un 60% de residuos de la
construcción, y puede disminuir los tiempos de producción entre un 50% y un
70%, así como los costes laborales entre 50% y 80%. En total, el espacio cuesta
alrededor de 161.000 dólares.
Rentabilidad
Además, utilizando materiales reciclados de esta manera, en
la construcción se utiliza menos piedra de cantería y otros materiales
contribuyendo a la rentabilidad y protección del medio ambiente. Con el tiempo,
la compañía espera utilizar su tecnología en construcciones mucho más
importantes como puentes y hasta rascacielos.
Fuente: Abc Tecnologia.
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